Zoológico nazional Mi tristeza tiene por distrito el barrio San Jacinto. Se inicia y claudica en el zoológico, último reducto nacional de la infancia, retrato de una patria abandonada y decadente; tiene el recorrido triste del jaguar con su pereza anémica, sus manchas desdibujadas como las fronteras perdidas; prosigue con un tigre famélico en su ronda finita de hambre, como presintiendo cercada la única cebra. Los monos, diezmados por las enfermedades, siguen pensando si valdrá la pena evolucionar o construir civilizaciones en el espacio remoto. Los leones, cada día están más cerca de convertirse en tapetes para alguna casa en las cumbres del volcán. El coyote ha olvidado su aullido; ciego, ya no distingue la noche del día. En el serpentario clausurado alguien ha vendido especies y veneno en carteras finas para centros comerciales. Sólo el cocodrilo aguarda con sus ojos y su paciencia prehistórica una venganza mínima. Tanta jaula vacía recuerda los edificios olvidados del centro. Oscuridad, suciedad y vacío. El hipopótamo y su estatua desteñida es el recuerdo de una triste bonanza. La esperanza es un búfalo de agua negro y solitario. Nuestra alma primitiva: tres tepemechines de los que nadie puede decir su nombre con certeza. Aquí la ciudad no deja de ensañarse con el hedor de sus fábricas sin leyes. Se extiende hasta la agonía de las aves. De los avestruces solo restan las cabezas enterradas. Mientras el rey zope es ejemplo de nuestra transnacional oligarquía, cuyas garras en la yugular siguen aferradas desde los países más remotos; apenas se oculta entre operaciones de piel y anteojos Gucci o Coco Chanel por las dudas. Y salgamos rápido porque, aunque la entrada es gratis, el cobro del sufrimiento por este oprobio animal nunca lo será.
Instrucciones para identificar un micropaís en el mapamundi Sobre la América Central (ese puente entre México y Colombia) rocíe spray con soltura, apague la luz o el sol en su defecto. Y en su pequeña y total geografía de llanto será evidente y pleno el verde del luminol.
Minirretrato de un país circular Alguien dijo cavemos un país en lo más hondo y la pala que escogimos aún tenía el óxido de 1932.
Ilich Rauda
Nace en San Salvador en 1982.
Médico de Familia por la Universidad de El Salvador (UES).
Miembro fundador del Círculo de la Rosa Negra y del grupo literario Delira Cigarra.
Actualmente es secretario de la Asociación de Médicos Escritores «Alberto Rivas Bonilla».
Premio único de Cuento Infantil en los XXV Juegos Florales de Usulután (2017).
Ha publicado en poesía:
Maíz del corazón (Publicaciones Papalotquetzal; 2016)
Su poesía aparece en las antologías Tzuntekwani –Cabeza de Jaguar– (2016) y Dictadura Vintage (Ed. La Chifurnia; 2021).
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